Tiro Cruzado
Agustín González & Roberto Turnbull


Noviembre 2013 - Febrero 2014

 

“La amistad, esa relación sin dependencia, sin episodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la extrañeza común que no nos permite hablar de nuestros amigos, sino sólo hablarles […] esa separación fundamental a partir de la cual lo que separa se convierte en relación”.                          

Maurice Blanchot.

Tiro cruzado apela por una parte, al ejercicio pictórico de dos creadores aparentemente disímiles entre sí: Agustín González y Roberto Turnbull, así como a la acción lúdica que se desprende de la reunión de algunas de sus obras. Una exposición a manera de proyección mutua en la que los artistas eligieron las pinturas que cada Uno consideró mostrar del Otro a manera de imagen, como si a través de este guiño recrearan, también el ‘hacer pintura’ de su interlocutor. Si bien la vecindad de ambas propuestas pudiera parecer gratuita y hasta cierto punto entendible, la ocupación de un artista por el otro parece ir más allá de lo que parece ser: los afectos, intereses, personajes, formatos, materia cromática y el trazo fuerte y desenfadado de uno y otro son muestra de las coincidencias compartidas y la exploración incansable de cada uno en sus territorios de producción que ahora se entremezclan, confundiéndose en el espacio de exhibición.

La pintura, siempre dispuesta a convertirse en nicho para gremios y complicidades, se resuelve de manera contraria en estos dos artistas, es decir, el estadio arriesgado y libre de con-vivir con la pintura ha sido el que precisamente los ha caracterizado. Las obras de González seleccionadas por Turnbull, destacan la manera crítica con la que este joven artista subvierte su relación de cercanía estética con el espíritu de la primera generación de pintores germánicos de hace tres décadas, resignificando y su vez proponiendo, un léxico visual impetuoso de inquietantes composiciones cargadas de complejas alusiones intelectuales, mitológicas y filosóficas. Por su parte, las piezas de Turnbull escogidas por González, expresan claramente un lenguaje ya consolidado de perspectivas geométricas, de igual forma que incorpora los gestos del juego sobre soportes preexistentes que interviene para representar sus ideas que desembocan -la mayoría de las veces- en imágenes irónicas que deambulan entre los bordes de lo abstracto y lo concreto. Es así como el entrecruzamiento de las imágenes aquí expuestas nos hacen reflexionar sobre hasta qué punto la pintura, lejos de ser un instrumento de estudio interior, de hallazgo y representación de sí mismo, es una posibilidad de construcción de conocimiento del mundo y de los otros al margen de las verdades artísticas, pero sobre todo, la oportunidad de generar una ‘nueva’ imagen de Uno mismo a través del Otro, de esa extrañeza o esa alteridad que se nos hace tan común.

- Violeta Celis.